miércoles, 10 de diciembre de 2008

"Los Justos entre las Naciones"

YAD VASHEM
La Autoridad para la Memoria de los Mártires y los Héroes del Holocausto

Al subir al poder Adolf Hitler y su partido nazi en Alemania en 1933, el antisemitismo pasó a ser la política oficial del estado.

El régimen nazi llevó a cabo un plan magistral para el exterminio sistemático de las comunidades judías de los países bajo su control.

Seis millones de judíos, entre ellos 1.5 millones de niños, fueron asesinados en los países europeos bajo la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

La mayoría de los cientos de millones de europeos bajo el régimen nazi permanecieron en silencio y no se involucraron, o colaboraron con los asesinos. Algunos prestaron ayuda e intentaron salvar judíos de manos de los nazis.

En Yad Vashem, el memorial nacional de Israel para el Holocausto, unas 15.000 personas han sido identificadas y honradas hasta ahora, bajo un programa creado por ley (1963). Estas personas son conocidas como los "Justos Entre las Naciones".

Aquellos que fueron reconocidos como tales (o sus parientes en caso del reconocimiento póstumo) recibieron la Medalla de los Justos y un certificado de honor, y sus nombres fueron inscritos en el Muro de Honor del Jardín de los Justos en Yad Vashem. Este es el máximo honor que otorga el pueblo judío, a través del Estado de Israel, a los no judíos.

Los Justos entre las Naciones que atraviesan dificultades económicas donde quiera que vivan, reciben ayuda financiera de la Fundación Judía para los Justos, una organización filantrópica cuya base está en Nueva York que fue creada para este propósito. Los Fondos Anne Frank, con base en Basilea, Suiza, cuidan del bienestar de aquellos que necesitan medicamentos. Los Justos que viven en Israel (unos 35) reciben automáticamente una generosa pensión de manos del estado.

El reconocimiento de los Justos entre las Naciones está basado en los siguientes criterios:

Cuando no judíos ofrecieron ayuda en situaciones en que los judíos estaban indefensos y bajo amenaza de muerte o de ser deportados a un campo de concentración.

Cuando el rescatador estaba consciente que al ofrecer su ayuda estaba arriesgando su propia vida, seguridad y libertad personal (los nazis consideraban la ayuda a los judíos como una ofensa capital.)

Cuando el rescatador no exigió una recompensa material o sustancial de los rescatados como condición para el otorgamiento de su ayuda.

Cuando el rescate o la ayuda está atestiguado por las personas rescatadas o corroborado por informes de testigos presenciales y, siempre que sea posible, por documentos de archivo genuinos.
Fueron muchos los tipos de ayuda que recibieron los judíos de parte de no judíos, pero a menudo ésta puede estar clasificada en cuatro grupos:


Albergar a un judío en una casa o en una institución laica o religiosa, protegido del mundo exterior y escondido del público.

Ayudar a un judío a hacerse pasar por un no judío, proveyéndole de credenciales falsas o certificados de bautismo (emitidos por el clero, como un medio para la obtención de credenciales genuinas).

Ayudar a los judíos a escapar a un lugar seguro, o cruzar una frontera hacia un país más seguro. Esto involucraba acompañar a adultos y niños en largos viajes clandestinos dentro de un territorio ocupado hacia una frontera y negociar el cruce seguro a través de ellas.

Adopción temporaria de niños judíos (mientras duró la guerra).

No existen cifras exactas del número de judíos que se salvaron gracias a la ayuda de no judíos, pero se sabe que fueron decenas de miles. En Francia, más de 200.000 judíos sobrevivieron, muchos de ellos gracias a la ayuda de no judíos. Estas son cifras aproximadas en otros países de Europa: Bélgica, 26.000; Países Bajos, 16.000; Italia, 35.000; Dinamarca, 7.200; Noruega, 900; Alemania y Austria, 5.000-15.000; Polonia, 25.000-45.000; Lituania, hasta 1.000; Hungría, más de 200.000, muchos de ellos gracias a los heroicos esfuerzos de Raúl Wallenberg y Carl Lutz; Grecia, 3.000-5.000; Yugoslavia, hasta 5.000; Albania, 1.800. Hasta ahora no se han conseguido cifras de Ucrania y Rusia.

Honrando a los Justos Entre las Naciones

Yad Vashem cree en el valor educativo y moral del reconocimiento de los Justos entre las Naciones:

Israel tiene la obligación moral de reconocer, honrar y respetar, en nombre del pueblo judío, a aquellos no judíos que ayudaron a los judíos en su momento de mayor necesidad, a pesar del gran riesgo que corrieron por hacerlo.

Las acciones de los Justos demuestran que era posible ayudar. La excusa de que la maquinaria del terror nazi paralizó los actos voluntarios opuestos a la política oficial es desmentida por las acciones de miles de personas de todo tipo que ayudaron a los judíos a sobrevivir la Solución Final.
Las acciones de los Justos sirven de ejemplo para las futuras generaciones y como parangón de conducta moral, incluso bajo una gran presión física y psicológica. Ellos demuestran que es posible oponerse a la maldad, que la resistencia es posible, no sólo al nivel de grupo, sino al nivel individual.


Los hechos de los Justos contrarrestan el terrible legado del Tercer Reich. Su ejemplo inculca la lección de que la vida es un valor supremo. Ese es el significado del lema - tomado del Talmud - inscrito en la medalla de los Justos Entre las Naciones:

"Aquel que salva una vida, es como si hubiera salvado al mundo entero".

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